domingo, 6 de abril de 2008

¿CRÍTICA SOCIAL EN ESTA NOVELUCHA?

Ok, lo prometido es deuda, amigos. En estas próximas entradas voy a intentar trasladar aquí al blog los contenidos de las nuevas páginas añadidas recientemente a FRANKQUASAR.COM, todas ellas dedicadas como es lógico a palmearme a mí mismo la espalda por lo bien que lo he hecho con mi primera y, al paso que voy, última novela, jajaglglglggg.

Empezaré con la oda destinada a convencer los lectores y críticos despistados de que Los Lobos de la Luna es una obra compleja dotada de, ¡ejem!, crítica social...

Cuando afirmo semejante cosa soy a medias generoso conmigo mismo y a medias inexacto. Algunos lectores me han dicho: ¿y dónde está exactamente la crítica, que yo no la he visto? Y no les falta razón. En fin, ¿hay o no hay crítica social en mi novela? Pues... sí, pero está bastante oculta, disimulada. Y lo que es más importante, alejada de la trama principal. Digamos que forma parte del decorado, a excepción de las constantes referencias al egoismo de todos los personajes, para mí, el tema central de la novela, lo que desencadena los principales conflictos y determina el "mensaje" final: satisfacer las ambiciones personales a cualquier precio solo reporta beneficios materiales, nunca auténtica satisfacción y menos felicidad. Tal es mi opinión y así la he expresado en mi obra... de forma indirecta, odio el "discursivismo" y las moralejas.

Sin embargo, cuando me refiero a crítica social hablo más bien de cuestiones, eso, sociales. Y aunque formen parte del decorado están por todas partes. A menudo son simples apuntes o pinceladas; otras veces, descripciones algo más largas o profundas. En cualquier caso, su objetivo es siempre no interferir en la trama (no "cortarla" para que nos entendamos) y, si acaso, servir de materia de reflexión al lector interesado en tales temas. Por lo general, son comentarios irónicos —cuando no cínicos—, trufados de un humor más bien negro, siempre breves, camuflados en medio de la acción y soltados como de pasada; de ahí que muchos lectores ni hayan reparado en ellos.

En http://www.frankquasar.com/quasar_loslobos_09.htm transcribo diversos fragmentos de mi novela en los que se aprecia lo que acabo de decir —haz clic en el enlace si quieres leerlos—, pero aquí en el blog me conformaré con sólo un par, mis favoritos. Se trata de dos de los discursitos que suelta Tigre, un personaje de catadura moral, digamos... dudosa. Sin embargo, ¡estoy de acuerdo con él!

«—¿Creéis que la sociedad en la que vivimos es sana? La mitad de la población está obesa y la otra mitad anoréxica, los psicofármacos se venden y consumen como caramelos, y todo Dios depende de miles de artilugios tecnológicos cuya única utilidad real es impedir a sus usuarios pensar, con el objeto de hacerlos cada día más dóciles, blandos y conformistas.» [pag. 103]


«—Aprietas un botón y ¡zas!, luz. Aprietas otro... ¡zas!, calor. (…) ¡La poderosa magia del hombre moderno! Pero, ¿y si no funciona? ¿Y si aprietas y no ocurre nada? Qué miedo, ¿verdad? (…) ¡Esta sociedad está enferma! Hay que volver a la esencia: la ley de la selva, luchar sólo con nuestras propias manos. ¡Es trágico pensar que millones morirían en cuestión de días si dejase de salir energía de los putos enchufes!» [pags. 233 y 234]


Móviles, ordenadores, televisión. La tecnología es ya una parte inseparable de nuestra sociedad. Haz clic para ampliar.

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